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domingo, 13 de abril de 2008

¡Más claro, agua!

Gracias a una noticia en Elmundo.es he llegado a leer un artículo "Just add water" en el Journal of American Society of Nephrology sobre algunos mitos asociados al agua y sus efectos en la salud.
En este estudio se ha revisado los artículos publicados sobre la bondad de beber 8 vasos de agua (unos 2 litros) al día. A mi no me parece excesivo, yo he visto recomendaciones de hasta 5 litros al día.

Los mitos puestos a prueba son:

- La ingesta de tal cantidad de agua (8 vasos) ayuda al riñón a eliminar sustancias de desecho.
La evidencia científica dice sin embargo que sólo algunas sustancias como la urea o el sodio son eliminadas en mayor medida. Las sustancias asociadas a la resaca (como el formaldehído y el acetaldehído) forman parte de este grupo y en este caso sí se aumentaría la velocidad de eliminación
Por otro lado un exceso de ingesta de agua puede llegar a ser peligroso, los adictos a beber agua sufren una enfermedad llamada “potomanía”. Aqui un caso.
También se dieron casos en las fiestas "bakalao" de los 90s, asociado al consumo de éxtasis, de hasta 8 litros en una noche. La pérdida de gran cantidad de sodio, disuelto en la orina, provoca un shock, llamado hiponatrémico, e incluso el coma.
De lo que no hay evidencia científica es que ayude a la eliminación de grasa o toxinas asociadas a alguna enfermedad.

- La ingesta de agua es retenida en varios órganos y aumenta su función.
La realidad es que la retención del agua ingerida depende de la velocidad a la que se tome, tomada rápidamente se excreta rápidamente, y de la concentración de solutos que lleve, agua con azúcar se excreta rápidamente mientras que agua con dextrinas se retiene por más tiempo.
Otra cosa es lo contrario, es decir que una falta de agua, una deshidratación, impida el correcto funcionamiento de ciertos órganos e incluso haga más viscosa a la sangre y por lo tanto más difícil de bombear por las arterias.

- La ingesta de agua antes de las comidas aumenta la sensación de saciedad y por tanto ayuda cuando se hace dieta.
La realidad es que esa sensación de saciedad producida por tener el estomago lleno de agua dura muy poco. El agua pasa del estomago al intestino rápidamente cuando no tiene nada disuelto. Así, al poco tiempo se tiene hambre otra vez ya que nos ha hecho comer menos cantidad de comida.
Sin embargo, un estudio que he visto en el documental de la BBC “The truht about food” (en español "La verdad sobre los alimentos", capítulo 2, recomendable 100% vía e-mule) encuentra una diferencia importante si mezclamos el agua con la comida, haciendo una sopa.
En este estudio (no he encontrado el original) dan a dos grupos la misma cantidad de comida y de agua. A un grupo se lo dan a la manera habitual, comida junto a un vaso de agua y al otro grupo le hacen una sopa-puré con esa misma comida y el vaso de agua. Los resultados muestran claramente que el grupo que toma la sopa tarda más tiempo en tener hambre otra vez. La razón es la explicada más arriba, el agua pura pasa del estomago al intestino rápidamente mientras que la sopa-puré se mantiene todo el tiempo necesario para digerir el alimento contenido en la sopa, por lo que mantiene el estomago lleno durante más tiempo.
El artículo origen de este post comenta por otra parte que existe evidencia científica, aunque no esté clara la razón, de que una mayor ingesta de agua estimula la termogénesis, o sea la producción de calor por parte del cuerpo, con el consiguiente gasto energético y pérdida de calorías. Lo que ayudaría en una hipotética dieta de adelgazamiento.

- Tal ingesta de agua ayuda contra el cáncer de vejiga o de colon o la enfermedad coronaria.
Aunque parece que existe una relación, los estudios que la han reflejado son retrospectivos, por lo que no se puede saber si la relación es de causa o consecuencia. Esto es, si beben menos agua porque están enfermos o están enfermos porque beben menos agua.

Me llama la atención el comentario que hacen los autores: “Dado que el agua no puede ser patentada, parece poco probable que se realicen estudio encaminadas a aclarar estas relaciones”. Dice mucho de la forma en que funciona la ciencia hoy en día.

- Beber tal cantidad de agua mejora el tono de la piel y la pone más turgente.
Sobre esto no hay estudios concluyentes, lo cual no quiere decir que sea falso. Ahora bien lo contrario sí está demostrado: en caso de deshidratación la piel es de los primeros órganos en que se nota, volviéndose más seca.

Sólo me falta mencionar la falsa creencia de que sudar ayuda a perder grasa y peso. Lo primero es falso pero lo segundo no, ya que el agua pesa, exactamente 1 kg cada litro.
Pero esto ya lo ampliaré en otro post acerca de las dietas de adelgazamiento.

Un saludo

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Una cosa curiosa que me sucede relacionada con el consumo de agua:

Cuánto más pienso, más agua bebo.

Me explico, cuando en el trabajo estoy haciendo algo que necesito pensarlo, bebo mucha agua. Esto se traduce en más viajes al baño ;)

Sin embargo, cuando tengo menos trabajo, o el trabajo es monótono y lo hago sin pensar, casi no bebo agua.

¿Existe una relación entre la actividad cerebral y el consumo de agua?
¿Es una necesidad fisiológica o psicológica?


PD: Una verdadera lástima que si algo no es patentable, no se estudie más en ello.

Gourmetologo dijo...

Pues por más que he buscado, no he encontrado ninguna relación fisiológica entre pensar y beber: así que debe ser una razón psicológica!
Ahí deberias ser tu mismo el que nos lo cuente :)

Mucha gente se relaja bebiendo una cerveza, un vaso de vino o un buen whisky. Y ese estado de relajación es el idóneo para pensar como resolver un problema. Ahora bien, supongo que en el trabajo, ponerse a tomar un whisky no es lo más adecuado de cara a la imagen de trabajador serio y responsable que de seguro tienes :)
Así que la botella de agua sustituye a lo que de verdad te apetece: una copa de brandy Peinado 100 años, no? ;)

Un saludo