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sábado, 3 de enero de 2009

Sindrome de la tía buena



Más de una vez he visto como la típica tía buena del grupo terminaba saliendo con el más chuloputas, ese que no la hacía ni puto caso y que incluso la trataba mal.
Analizando el fenómeno he llegado a describir "el síndrome de la tía buena":


Las tías buenas son, por definición, deseadas por todos los que estan a su alrededor. Son guapas, con curvas, simpáticas ... son algo más que atractivas.
Esta atracción, expresada en un hombre heterosexual, lleva a querer llevarsela al huerto, en querer follársela vamos.
Así que las tías buenas están rodeadas de hombres deseosos de acostarse con ellas. Y ellas, por lo tanto, se sienten como "trozos de carne" o "objetos sexuales". Y se sienten acosadas. Por eso se rodean de homosexuales. Sus amigos son gays porque no se sienten "en peligro" con ellos.

En mi opinión, son cosas distintas. Una cosa es querer acostarse con ella y otra ser su amigo o su amor. Y se pueden dar ambas cosas a la vez o sólo una (normalmente la sexual)

Así que la tía buena, a la hora de buscar pareja, no elige por los rasgos positivos de la otra persona sino que elige, en principio, entre aquellos que no muestran un deseo sexual hacia ellas. Como, por definición, las tías buenas son deseadas sexualmente por todos los hombres heterosexuales (cuando más por alguíen que quiere ser su pareja), se ven restringidas a elegir entre aquellos que mejor disimulan su deseo sexual hacia ellas: los mentirosos profesionales. Mala manera de empezar!

A partir de aqui es donde el azar determina que ese tío sea buena persona y trate bien a la tía buena o sólo quiera pasarsela por la piedra, pero disimulándolo muy bien, 50% de posibiladades!

En resumen, el sindrome de la tía buena, se da en aquellas decisiones que están basadas en criterios equivocados, mayoritariamente huyendo de aspectos que a todo el mundo interesan, veámos otros ejemplos.

En la selección de personal, a veces, el tema del salario es evitado, cuando todo el mundo trabaja para ganarse la vida y lo que busca es el máximo dinero posible. SI en el proceso de selección, a la gente que se interesa por el sueldo y las condiciones económicas se las descarta "porque sólo piensan en el dinero" se produce un sindrome de la tía buena, y se seleccionará sólamente entre aquellos que sepan disimular su interes por el dinero y mejor lo hagan.

Al elegir un plato del menú de un restaurante, todo el mundo busca algo sabroso y que le llene el estómago. Si la elección se basa en el nombre, a más rimbombante mejor, se está produciendo un sindrome de la tía buena. Así, un "solomillo al vino con puré de patatas" no es lo mismo que "delicias de buey en salsa de Burdeos y mousse". Y se puede llegar a elegir una espuma de mar con virutas de langosta servidas sobre erizo de mar aromatizado con algas rojas, pensando que te va a llenar el estomago, ja!


Así que cuidado en elegir bien vuestro criterios a la hora de tomar una decisión, no sea que os convirtais en "una tía buena" :)

Un saludo

2 comentarios:

Mario Estévez dijo...

Interesante. Ya sabía yo que había alguna conexión entre la comida y el sexo y no sabía yo el que exactamente. Creo que eso esta en mi subconsciente desde que vi en una película española, hace años, como el protagonista se follaba a una pava en la posición del perrito mientras que saboreaba con deleite un jugoso muslo de pollo. Para mi se representó de forma masgistal la evidente similitud del placer de saborear un rico manjar con el placer de penetrar a pelo a una joven doncella. Se mezclaba de forma armoniosa el sonido chascarreante del tipo chupando el hueso de pollo con el gemido entrecortado de ella y el sonido de los cuerpos chocando, pelvis contra nalgas, una y otra vez. Como una sinfonía escrita por un tipo con el talento de Mozart y la sensibilidad de Torrente. Pero representa en definitiva lo más básico y fundamental de nuestra existencia: nutrirse y reproducirse. Suerte que ambas tareas tan fundamentales para la supervivencia de la especie producen placer y no valen (generalmente) dinero porque sino habria tiempo que nos habríamos ido todos a tomar por culo.

Gourmetologo dijo...

PUes esa relación entre sexo y comida es más que clara. Y aparecerá muchas veces en este blog.

Como muestra unas expresiones de la vida cotidiana: "Qué buen@ estás", "Estás para comerte"
O el hecho de llamar a ciertas partes del cuerpo como alimentos: nabo, chirla, melones, ...

Pero sobre todo que la boca es una parte fundamental en ambos asuntos ;)

Un saludo