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jueves, 28 de abril de 2011

Agua o cerveza




A cualquier persona que hoy en día viva en una ciudad le resultará familiar el agua del grifo. Esa maravilla de la civilización que nos permite lavarnos, cocinar, fregar los platos y sobre todo beber sin tener que preocuparnos de enfermedades o parásitos intestinales.

Y es que el agua potable es una de los inventos que más han ayudado a alargar la esperanza de vida.

Los 4 inventos al respecto son: las vacunas y los antibióticos (junto a la teoría microbiológica y el uso del jabón, sobre todo en operaciones quirúrgicas) a nivel sanitario, el alcantarillado y el agua potable de grifo a nivel urbano.

Según una amiga mía que defendió la tesis doctoral al respecto, el alcantarillado y el agua de grifo es la diferencia entre un pueblito (de mierda, aunque esto no lo especificó) y una ciudad moderna. En la tesis dio ejemplos de ciudades de Latinoamérica y pruebas al respecto que no voy a citar.

Me refiero a alcantarillado con la recogida de aguas grises y negras de casas y calles, es decir agua usada y sucia más todo lo que arrastra consigo.

En las ciudades modernas el agua de lluvia es canalizada por las alcantarillas y mezclada con las aguas grises y negras de las casas, aumentando el volumen de residuos. Mucho más eficaz sería reconducir esa agua de manera separada y usarla para otros usos como riego o decoración urbana (fuentes y estanques). En general el agua debe ser recogida lo más directamente y rápidamente de la lluvia y filtrada por arenas (como sucede en las aguas subterráneas) Y debe ser almacenada en un lugar fresco y oscuro. Y ya no se hace! Recordemos los aljibes andaluces y veremos lo fácil que es.

Hoy en día es más fácil que una empresa lo haga por nosotros y nos mande el agua potable hasta el grifo. Y la factura claro.

Pero no es de esto de lo que quiero hablar.

En muchos lugares del mundo aun se debe ir al río, al pozo o a la fuente para conseguir agua más o menos potable.

En cualquier caso el proceso de potabilización del agua no hace al agua de grifo bebible por cualquier persona en cualquier sitio.

La cantidad de sales minerales disueltas varía mucho de unas ciudades a otras, llegando en algunos sitios a hacerla poco apetecible cuando no imbebible (aunque sea potable). A mi me pasa eso en Valentí o Barcelona donde el agua de grifo contiene bastantes sales que le dan un sabor característico que no me gusta nada.

También existen una serie de sustancias y bacterias permitidas en el agua potable, siempre y cuando la concentración se mantenga por debajo de un límite, pero que convierte al agua en poco recomendable de beber.

Y por último, existen unas “toxinas” debidas a una de esas bacterias, la omnipresente bacteria E.coli que, en caso de ser distinta de la que normalmente se bebe, produce la llamada “diarrea del viajero”

Distintas variedades de E.coli producen distintas toxinas. Si te toca una de las que no estás acostumbrado a beber pues corriendo al WC.

Y es aquí de donde viene el título del post de hoy. Yo cuando viajo sólo bebo cerveza en honor a lo que viene a continuación:

La cerveza o similares bebidas con bajo contenido alcohólico, entre 1-4%, han aparecido en todo el mundo desde tiempos ancestrales como método de potabilización del agua. Y es que el alcohol que contienen desinfecta el agua que contiene y la hace potable. En cierta manera el alcohol hacía lo que el moderno cloro u ozono en el agua de grifo, en cantidad suficiente para desinfectar la bebida pero no demasiado para que puedas beber un par de litros al día y así ingerir los líquidos necesarios sin emborracharte como una cuba.

La cerveza se obtiene de fermentar una infusión de maltas tostadas que al fin y al cabo son disoluciones azucaradas con sabor. O la sidra que se obtiene de fermentar el zumo de manzana.

Otros muchos ejemplos de origen maya o azteca: tepache, pulque, tesgüino, tibico, pozol, tuba, colonche, se han dado en la América tropical y que puedes leer aquí.

http://sepiensa.org.mx/contenidos/fermentaciones/bebidas/fermenta3.htm

Otro ejemplo similar es el hidromiel, que se obtiene de fermentar ligeramente una mezcla de agua y miel.


Y por último, el rey de las bebidas alcohólicas: el vino, obtenido de la fermentación de la uva.

Por analogía también se llaman vinos a todas las bebidas alcohólicas obtenidas de fermentar zumos de bayas o frutas.

Por supuesto, durante los viajes yo recomiendo beber cerveza para evitar problemas gastrointestinales. El vino tiene demasiado alcohol para beber un par de litros al día, aunque una copita con la comida o cena …. uhmmm!

Un saludo

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